El panorama de la protección de datos y la privacidad es cada vez más complejo para las empresas y sus esfuerzos de marketing digital. La mayoría está familiarizada con el RGPD, el CCPA y otras normativas similares diseñadas para proteger los datos y otorgar a los usuarios mayor control sobre la información que comparten. Además, la Unión Europea está en proceso de introducir simplificaciones al RGPD para reducir la carga de cumplimiento para las empresas que intentan mantenerse competitivas. Sin embargo, el derecho de privacidad tiene muchas aristas y va mucho más allá del RGPD. En un entorno legal complejo, algunos bufetes de abogados innovadores están aplicando leyes más antiguas a problemas actuales de protección de datos, presentando demandas en las que argumentan que herramientas modernas de marketing —como píxeles, cookies y chatbots— constituyen violaciones de leyes sobre la invasión de la privacidad.
A medida que evolucionan las normas sobre la recopilación, el uso y la compartición de datos, y que tecnologías web comunes como los chatbots, los píxeles y las cookies se convierten en objetivo tanto de reguladores como de litigantes, puede que sea hora de hacer una revisión exhaustiva de las estrategias y herramientas de marketing de tu empresa. Alinear iniciativas de marketing basadas en datos con el marco legal es un reto —y más aún cuando no se trata solo del RGPD, sino también de múltiples leyes antiguas sobre grabación de comunicaciones y consentimiento para su uso.
En casos donde abogados excesivamente entusiastas presentan demandas basadas en esas leyes, contar con una estrategia sólida de gestión de datos y un enfoque eficaz en la gestión del consentimiento y las cookies puede ofrecer ventajas prácticas: reducción de riesgos, capacidad de auditar las prácticas de recopilación de datos y cumplimiento legal continuo.
La firma de análisis jurídico JD Supra plantea la pregunta: “¿Pueden las herramientas de marketing de su empresa exponerla a litigios por compartir datos con terceros?” Y esa es una de las cuestiones clave. La respuesta va más allá de un simple sí o no, y requiere que las empresas evalúen su perfil de riesgo completo: cómo comercializan sus productos y qué herramientas utilizan para ello. Por ejemplo, ¿pueden las cookies o las conversaciones con chatbots considerarse “grabaciones” que violan las leyes que exigen el consentimiento de ambas partes? ¿Y qué características pueden implementarse para asegurar que ese consentimiento quede registrado? En muchos casos, estos matices legales están en el centro de las demandas.
Si estos procesos legales siguen multiplicándose y evolucionando, las empresas pueden mitigar riesgos aplicando las mismas buenas prácticas que protegen frente al RGPD, al CCPA y a normativas similares: enfocarse en el consentimiento y la transparencia. En lo que respecta a cookies y tecnologías similares, las empresas pueden protegerse siguiendo pautas como:
Obtener un consentimiento claro y explícito de los usuarios, idealmente mediante banners y formularios personalizados.
Informar de forma clara a quién se compartirán los datos recogidos.
Ofrecer opciones de opt-in y opt-out que sean fáciles de entender y ejecutar.
Saber dónde se almacenan los datos de los usuarios para cumplir con solicitudes de eliminación y proteger la información.
Conservar pruebas de cumplimiento y tener los datos preparados para auditorías.
Controlar y reducir los riesgos que provienen de proveedores y terceros.
Adopta buenas prácticas: comienza revisando tu configuración actual de gestión de cookies y consentimiento.
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